Charlamos con Lucas Graciano del Pozo, autor de la perturbadora y fantástica obra Estigmas de la sombra, recientemente publicada por la Editorial Círculo Rojo.
¿Qué es Estigmas de la sombra? ¿Postureo postmoderno, provocación nihilista o un simple quejío?
Pues la verdad, a mi parecer, las etiquetas sobran. Aquí lo que se presenta es una necesidad de contar algo. Un grito a la desesperada por la supervivencia. Un basta de estupidez imperiosa ante un panorama plagado de valores inútiles, egocentrismo libertario y patrañas para convencernos de ser mejor persona.
¿Se podría considerar Estigmas de la sombra un libro de superación personal? —No puedo evitar reírme tras formularte esta pregunta e imaginar tu expresión al leerla, disculpa—.
Uno. Si piensas eso después de leerlo, es que no te has enterado de nada. O dos, que intentas tocarme los cojones. Lo cual me parece de puta madre. Je, je, je.
En realidad creo que es estupendo que la gente meta el dedo en la llaga. Que haga daño dónde más duela ante lo políticamente correcto, que no intentes agradar a todo “quisqui”. Es la única forma de hacer ver que no todo es color de rosa. Por ti mismo. Individualmente. Sin protección ninguna. Contra un colectivo entero. Un estimulante para darte la patada en el culo y espabilar. Pero claro está, tienes que estar preparado a sufrir las consecuencias. A que te partan la cara. Y no todo el mundo está dispuesto a eso.
«Gilipollez peninsular». ¿De verdad? ¿Tan mal ves el panorama?
Es que somos una sociedad que vira en dirección contraria. Joder la lógica y el sentido común “brillan por su ausencia”. Los ayuntamientos están plagados de incompetentes más preocupados de que no se les cague una paloma en su BMW que de hacer las cosas bien. Cuando hay medios y recursos. ¡Solo es cuestión de pensar un poquito joder! Pero es más fácil quejarse, poner la manita, cobrar una subvención, construir otro tanatorio y pasar la papeleta al siguiente.
¿Somos unos putos consentidos?
Por supuesto. El ser humano es caprichoso desde que nace, Requiere atención constantemente y, si no la tiene, llora, grita y patalea. La escasez de buenos artistas, escritores, músicos o cineastas, por querer llegar al éxito siempre por el camino fácil, sin mojarse y sin probar el sabor de la mierda. Pero también es lo que nos venden, el éxito garantizado, vencer a tus miedos sin sufrimiento y eso es efímero o mentira.
«Violencia gratuita». ¿Alguien te ha soltado alguna vez este clásico?
El problema es que vemos violencia constantemente en la tele, en Internet, a la salida de una discoteca… la gente la repudia, le parece vulgar y un espectáculo bochornoso como seres civilizados del primer mundo. Pero en la intimidad más profunda les produce un morbo terrible y les encanta su espectáculo presenciado desde detrás de la barrera.
En tu libro se habla reiteradamente de la heroína, una sustancia que, como sabrás, ha resurgido con fuerza recientemente tras años condenada, de forma merecida, al ostracismo. Poniéndonos serios, si quieres, ¿qué opinas de esto?
Bueno las drogas es un tema principal en Estigmas de la Sombra. Podría decirse que el adicto siempre será adicto porque el demonio vive dentro de él. En la sociedad, la heroína se ha considerado como la “innombrable” por el terror que produce arrasando y destrozando familias enteras, lo de ahora no es una novedad. Creo que a veces tenemos que descubrir a nuestro niño pequeño y ver el daño que le hemos hecho para poder hacer frente a ese monstruo que vive en cada uno de los perdidos. Es la única manera.
Pregunta obligada y típica, sí, pero necesaria. ¿Cuáles son tus referentes literarios? Aunque quizás te apetezca más contestar a esta otra: ¿Qué opinas sobre el panorama literario actual?
Mis referentes literarios son muchos. Casi todos las han pasado “canutas”: Henry Miller, William Burroughs, Bukowski, Roger Wolfe, David González…
Respecto al panorama actual es algo que me enerva. No puedo comprender que casi todas las editoriales, grandes o pequeñas, solo publiquen: Feminismo, Auto-ayuda, Superación, Historia Civil de hace sesenta años o “Poesía Melindrosa”. Parece que intentan convencernos de que tenemos que comportarnos todos igual, adoptar un bando. Que todo el mundo esté de acuerdo con todo o en contra de todo. Que nadie se salga del tiesto y si te sales es hacia dentro de una postura estipulada o dirigida por alguna mente pensante, pero si creas tus propias reglas, tu propio universo, tu vocabulario, tus luchas, aunque sean absurdas, vas a ser señalado y apartado, porque ni los “profetas más empáticos” quieren que vean sus miserias.
En pocas palabras, o en muchas, como te dé la gana, ¿Cómo recomendarías tu libro a los potenciales lectores?
Como un esperpéntico tiro en el estómago del gusto refinado.
Biografía:
Lucas Graciano del Pozo nació el 25 de agosto de 1986 en La Roda de Andalucía (Sevilla) y actualmente reside en Cuenca.
Tras cursar Bellas Artes y Educación decide sumergirse de lleno en la escritura. Debutó con su primera obra poética titulada Lobotomía de un demonio. La cual recibió una importante crítica debido a un feroz lirismo y humor descarnado.
Debido a su gran acogida, el autor decide publicar esta segunda entrega en formato físico con la Editorial Círculo Rojo para hacer partícipe al público de la crudeza literaria que tanto le caracteriza.