Título: El Señor Pompadour y los besos perdidos
Fecha de publicación: diciembre de 2021
Autor: Pep Ruiz Cantí
Ilustradora: María Ruiz Armengol
Editorial Círculo Rojo
Precio: 18 €
¿Te imaginas que no supieras dar besos?
Los suspiros son aire y van al aire, pero ¿Dónde van los besos que no damos, los besos que salen de unos labios y no llegan a otros?
¿Dónde se quedan los besos perdidos?
Gracias a María, una niña de nueve años, el Señor Pompadour descubrirá que el tiempo que pasamos juntos no puede comprarse que lo esencial es invisible a los ojos, o mejor, a casi todos los ojos …
Sobre el cuento:
La historia del Señor Pompadour nos sumerge en un universo que, sin duda, es descabellado: ¿un niño que crece sin besos?
Es por este motivo que crece siendo un Señor desde bebé, convirtiéndose en un hombre recio, serio, dedicado a lo que le inculcan desde pequeño: estudiar, repasar; conseguir un buen trabajo con el que lograr cosas acordes “a su posición”.
No es un mal hombre pese a haberse criado sin afecto, para nada. Pero él mismo sabe y es consciente de que en su interior se hace fuerte un vacío que amenaza con consumirlo. ¿Cómo solucionarlo?
Su vacío se detiene de golpe el día en el que conoce a la pequeña María, una niña que, a causa de la guerra, pierde su hogar. El Señor Pompadour trabajará todo lo posible para ofrecerle a la niña todo lo que necesita, pero ¡es posible que no saber dar besos le pase factura!
Y es que, este personaje tan peculiar es capaz de ver los besos que se pierden en las despedidas de los andenes, en los aeropuertos, ¡por todas partes! Se pierden en las esquinas, flotando en burbujas que parecen frágiles y que los mueven sin ton ni son, sin rumbo. Porque nadie, salvo aquellos que nunca jamás han recibido un beso, pueden verlos.
Con esta premisa tan bonita, nos adentramos en un cuento muy especial que nos presenta el autor Pep Ruiz, gracias a las originales ilustraciones de su talentosa hija María. Con sus dibujos, la joven ilustradora de diez años, retrata a un personaje de bombín y bigote, al que le cuesta conectar con su niño interior. Sin duda, una obra llena de cariño, trabajada con amor de principio a fin.
En solo 44 páginas, el lector reflexionará sobre la importancia del cariño y el afecto, y lo importante que es darlo, así como recibirlo. Lo bonito que es ayudar a otros a cubrir sus carencias sin que se sientan fuera de lugar, o desplazados. Porque, como muchos padres, el Señor Pompadour no tiene claro qué es lo que falla en su método educativo, pues él entrega aquello que recibió de su familia. María, con su espíritu intrépido de niña, le ayudará a dar el paso que necesita para entregarse a un mundo en el que los besos son necesarios para vivir.