La vida, a veces obliga a uno a crearse sus propios mundos, porque ahí se es verdaderamente libre. La pintura siempre fue para el autor uno de esos pequeños mundos. Un refugio o nido de cobijos. Con el paso de los años, experimentó con otras formas de expresión artística, como la fotografía o el tatuaje. Ahora, tocaba la escritura.
Desde hace más de una década, su vida siempre ha estado marcada por las artes marciales, algo que, más allá de lo propiamente budoka, le ha servido como lanzadera hacia la mejora personal. Hacia el autoconocimiento y el crecimiento interno. Filosofías y conceptos orientales que siempre ha tratado de extrapolar a su vida para intentar vivirla como se merece, o como nos merecemos todos nosotros: plenamente.
Rubén Ruiz también ha sido formado en inteligencia emocional por la UNED y en apoyo psicológico en situaciones de emergencia por la CRUZ ROJA ESPAÑOLA. Actualmente, continua su cruzada como técnico en EMERGENCIAS SANITARIAS