Charlamos con Alberto Torres Pardo, autor de la obra Mundo azul, publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo.
Entre otras cosas, Mundo azul destaca por el extraordinario trabajo de creación de los personajes, complejos, poliédricos, con muchos matices y con una profundad psicológica importante. ¿Por qué le dio tanta importancia a este aspecto de la creación literaria?
Todos somos así, complejos, poliédricos y con matices, con un mundo interior. Siempre me ha gustado, cuando estoy inmerso en una lectura, percibir cómo las palabras despiertan imágenes ya existentes sin que estén necesariamente descritas en el texto, identificándome con rasgos de los personajes o situaciones. De alguna forma lo reflejo en mis personajes, crecen mientras escribo al tiempo que les voy conociendo; al fin y al cabo, el drama y las emociones humanas son lo que nos mueve, son la psique de la civilización moderna y los mecanismos de nuestra cultura actual.
¿En qué se inspiró para crear esta extraordinaria novela? ¿Hay algo tomado de su realidad?
La inspiración es algo que te tiene que encontrar trabajando, y en cuanto a mi realidad, no suele coincidir con la de la mayoría. En el mundo real nada es lo que parece, la idea que tenemos del mundo es una percepción de nuestra mente condicionada por cientos de ideas, deseos y pensamientos programados por otros. Solo deberíamos escuchar la verdad del corazón, asi nadie ni nada podría manipular nuestros pensamientos.
Desde siempre he sentido que algunas personas poseen un «sistema inmunológico espiritual» que provoca resistencia ante la cosmovisión del mundo que han creado para nosotros. Las personas inmunes a esta supuesta normalidad son capaces de percibir una realidad que para otros es ajena, no es sencillo, se hacen preguntas, requiere disciplina, conocer tanto el interior como exterior, cuestionarlo todo, incluso a ellos mismos; su propia experiencia de vida les ha hecho aprender a leer entre líneas y a escuchar lo no que no se dice, esas personas comprenden sin explicación donde otros en cambio no entienden nada por más explicación que reciban, ya que la realidad, o lo que creen que es real, se lo impide.
¿Cómo ve el estado de la ciencia ficción en la actualidad? ¿Cree que por fin es un género reconocido por la crítica?
Más allá de la trama o los géneros literarios, si algo nos está demostrando la realidad en estos últimos años es que supera la ficción; lo que creemos imposible, mañana al despertar no solo es posible, sino que es una realidad en nuestras vidas, aunque lo que creemos realidad son solo creencias. Lo que en la antigüedad era magia o brujería ahora es ciencia y tecnología, si esperamos o vivimos lo suficiente la ciencia ficción será una parte de nuestra realidad habitual.
¿Cómo recomendaría Mundo azul a sus potenciales lectores?
Somos parte de un todo, aunque algunas veces no sintamos la conexión. Nuestro es el poder de despertar en el mundo azul. Mundo azul es un regalo, pídanlo a sus amigos o regáleselo usted mismo.
¿Se atrevería con otro género literario?
He escrito varios cuentos infantiles y tengo algunos trabajos en el género de terror, siempre he sido versátil en cuanto a géneros y contenidos. Tal vez algún día esas obras se plasmen en papel, tal vez en línea para ir a todo con los tiempos. Sin embargo, elegir la ciencia ficción no fue casualidad, es un género que permite tratar ciertos temas que, de no ser considerados ficción, explotarían muchas cabezas.
¿Algún proyecto en ciernes?
Hoy mismo acabo de mandar a la editora el manuscrito de mi nueva novela, saldrá a en unos meses, es una novela muy fresca y actual de corte futurista. Tengo mucha ilusión en este nuevo trabajo, se ha escrito prácticamente solo gracias a la locura del mundo en los últimos tiempos.
¿Cuáles son sus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
Stephen King siempre ha sido un referente en mi biblioteca, le leí por primera vez cuando tenía once o doce años y quedé atrapado para siempre por sus historias, de alguna forma ha sido un referente a la hora de escribir. El estudio y la práctica de Aikido, la meditación y el Yoga, como forma de vida, me han dado las herramientas para relacionarme conmigo mismo, los demás, la naturaleza y con el universo entero de forma diferente. En cuanto al arte, Van Gogh y la belleza con la que un loco veía el mundo, su forma magistral de plasmar la belleza dibujando bolas de fuego incandescentes y universos carmesí donde los demás solo veían noches cerradas ha sido un referente de inspiración.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
Algunos lectores me comentan que está ocurriendo en la actualidad, otros en cambio dicen que ya ha ocurrido, algunos entienden todo enseguida y otros no entienden nada, pero en lo que coinciden es que se ha plantado esa la semilla de duda que abre la mente a otras posibles realidades.
¿Quién es?
Alberto Torres Pardo.
Escritor en creación permanente, tío de un niño hermoso y una niña encantadora, hijo de padres buenos. Es feliz. Su mejor amigo es un animal.
El autor no es tan interesante, digo namasté porque me gusta lo que significa, no porque sea hindú. Muchos piensan que soy católico o de alguna religión porque hablo de valores humanos y amor al prójimo; algunos creen que soy budista porque descubrí la paz interior; mis amigos ateos piensan que también lo soy porque estar en la naturaleza es para mí como ir a la iglesia… ¿Quién soy realmente? No necesito ninguna etiqueta para definirme, soy un humano más, un pedazo de un Universo sensible, manifestado y despierto, alguien que camina con el corazón en lugar de los pies, alguien agradecido y orgulloso por tener el privilegio de seguir su sendero lejos del camino asfaltado de la multitud.