Charlamos con Laura Blasco, autora de la obra 4 estaciones y media, publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo.
¿Qué le llevo a escribir esta originalísima y trepidante novela?
Mi anterior libro, Femme, era una novela histórica ambientada en la revolución francesa, así que quería hacer algo diferente. Estaba un poco cansada de buscar tantas referencias históricas, pero, al mismo tiempo, sabía que quería escribir algo que me supusiera un reto, así que aunque la novela estuviera ambientada en la actualidad quería que su estructura fuese algo más compleja, entrelazando diferentes tramas, pero con un hilo central.
De cualquier modo, siempre tengo varias ideas que me rondan por la cabeza, el decantarme por una u otra se basa, principalmente, en las ganas que tenga de vivir las vidas de los diferentes personajes.
¿Hay algo de real en 4 estaciones y media?
Los autores siempre dejamos granitos de arena en nuestras novelas, quizá para hacerlas más realistas, pero 4 Estaciones y media es una obra de ficción. Lo único real son las ciudades, pueblos y ciertos edificios que aparecen en la novela, así como cualquier referencia histórica y alguna que otra curiosidad.
¿Cómo fue el proceso de construcción de los complejos y riquísimos personajes de esta novela?
Siempre destaco la importancia de haber estudiado psicología a la hora de desarrollar los personajes, es algo a lo que dedico bastante tiempo y me gusta que, a lo largo de la novela, evolucionen psicológicamente. Normalmente diseño en la pared un croquis con fotos de los personajes y les asigno unos rasgos de personalidad y un tema o una problemática en los que ahondar.
¿Por qué decidió estructurarla a partir de las estaciones?
Hace tiempo vi una película llamada Flipped, cuyo argumento, que en nada tiene que ver con el libro, estaba ambientado en un vecindario y tenía como figura relevante a un árbol. Me gustó la idea y quise hacer algo similar, concediendo, de algún modo, mayor relevancia al mismo, así que, observando uno, pensé en aquello que debía destacar; su crecimiento, impasible y presente a lo largo de miles de vidas que pasan junto a él y su cambio físico con el devenir de las estaciones. Era una idea perfecta para mis propósitos porque me permitía subdividir la historia por grupos de tramas sin desviarme de un camino, así podría cambiar de personajes y otorgar más protagonismo a unos frente a otros, según una estación u otra.
¿Cómo recomendaría 4 estaciones y media a sus potenciales lectores?
4 Estaciones y media es un libro para adolescentes y adultos, al tener más de veinte personajes es fácil que te identifiques con alguno. Hay distintas tramas secundarias en las que poder sumergirte, puede que con mayor o menor interés según tus propios gustos, pero, en sí misma, es una novela recomendada para todos aquellos amantes de las series americanas. Contiene acción, drama, romance, humor… sexo, drogas y rock & roll. Nunca mejor dicho, ya que dispone de su propia B.S.O; una lista de reproducción a la que acceder a través de un código BIDI.
¿En qué género clasificaría 4 estaciones y media? ¿Se atrevería con otro género literario?
Es complicado situar la novela en un género en concreto ya que es un compendio de varios, pero, quizás, por su argumento principal, la clasificaría como un thriller, un thriller americano.
Siempre digo que, al igual que en la pintura (a la que también me dedico), escribo historias, historias que me interesan vivir o que, a mi parecer, merecen ser contadas, al igual que pinto cuadros porque, de alguna forma, me inspiran. Así que, por supuesto que me atrevería con otro género, siempre y cuando mi musa así lo requiera.
¿Algún proyecto en ciernes?
Como ya he dicho, siempre hay ideas que me rondan por la cabeza y, actualmente, estoy escribiendo mi tercera novela, y no, no es un thriller (risas).
¿Cuáles son tus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
Realmente, es una larga lista y podría mencionarte a varios en función de la disciplina. En el ámbito literario comencé leyendo autores de novela negra como Sir Arthur Conan Doyle y Agatha Christie para, más tarde, interesarme por escritores como Hermann Hesse, Shakespeare y Jane Austen. En filosofía, las obras de Platón y, cuando estudié psicología, Jung y Carl Rogers. En cuanto a la pintura, otra de mis pasiones, me fascina el impresionismo y el expresionismo, artistas como Van Gogh o Toulouse Lautrec, aunque podría mencionar otros como Vermeer y Sorolla por su uso de la luz en los cuadros.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
¿Además del de los lectores cero en los que no puedes confiar porque son subjetivos?… Es broma, ¡qué sería de nosotros sin aquellos que están ahí desde el inicio!, es más, créeme, en mi caso, son bastante críticos (risas). La mayoría creo que aún están leyéndolo. El libro ha salido hace poco y la gente prefiere chapotear en el agua (lógico), pero reconozco que aquellos que sí lo han hecho, han tenido buenas palabras. La verdad es que, aunque tengo claro que hay gustos para todos y que como decía Schiller «gustar a muchos es malo», solo he recibido buenas críticas, incluso de aquellas personas cuyo género literario preferido no es el thriller, quizás porque han logrado identificarse con alguno de los personajes o las historias.
¿Quién es?
Nacida en Madrid (España) el 14 de septiembre de 1986, licenciada en Psicología y postgraduada en Ciencias Forenses por la Universidad Autónoma de Madrid.
Desde la infancia, mostró tener notables cualidades artísticas, tanto para el dibujo y la pintura, como para la escritura. En 2009, fue una de los tres ganadores del XVIII Certamen Nacional de Artes Plásticas de la UNED, donde el escritor, editor y artista Antonio Pérez definió su obra como expresionismo-modernista abstracto. Compaginaba su interés pictórico con la literatura, leyendo a autores como Shakespeare, Hermann Hesse o Jane Austen, y escribiendo relatos cortos inspirados en la novela negra de Agatha Christie y Sir Arthur Conan Doyle.
En 2013, decidió dedicarse por completo, como autodidacta, a la creación artística, estableciendo su propio estudio y realizando varias exposiciones individuales en galerías y espacios de Madrid. Dos años más tarde, iniciaría su carrera literaria con su primera novela, Femme (2019), ambientada en la revolución francesa.