¿Qué hay de verdad en esta miríada de historias que se narran en La huida del heresiarca?
La veracidad ya arranca desde el protagonista principal y la pléyade de conversos y antagonistas que se encuentran a su alrededor. El conocido como heresiarca es un personaje real a todas luces. Su nombre era el de Sancho de Ciudad.
¿Cómo ha sido el proceso de investigación para esta ambiciosa novela histórica?
Qué duda cabe que, para contar cualquier historia, previamente es necesario un proceso de documentación en el que basarse. Aquí ocurre exactamente lo mismo, no solo en cuanto a los personajes reales, sino que en los ficticios también necesitan mostrar algo de autenticidad. Se deben conocer sus hábitos, costumbres, lenguaje, etc.
¿Qué te llevó a contar la fascinante historia de Sancho de Ciudad y el drama por el que pasaron los conversos judíos durante los siglos XIV, XV y XVI?
Sin duda alguna, el principal motivo por el que Sancho de Ciudad se erige en el abanderado de esta historia, es porque en realidad ya lo fue en su momento. El motivo para contarla guarda más relación por la escasez o nulidad de presencia física del pasado judío y judeoconverso en Ciudad Real, algo que desgraciadamente no fue aprovechado en 1985 cuando se celebró un Congreso sobre los judíos en Ciudad Real.
El heresiarca era una de las piedras angulares de su comunidad en la segunda mitad del siglo XV, en nuestra ciudad, por lo que me pareció el mejor interlocutor para contar la historia de este pueblo tan masacrado y odiado en aquel entonces.
¿Cómo recomendarías La huida del heresiarca a sus potenciales lectores?
La fórmula para leer cualquier obra es estar abiertos a lo que la historia te depare. Puede o no coincidir con los gustos de uno mismo, pero antes de leerla hay que evitar los prejuicios y, en este caso, dejarse llevar por las diversas intrahistorias que se muestran en estas páginas.
¿Te atreverías con otro género literario?
Como ya es conocido en las redes, habitualmente suelo publicar artículos de temática histórica, patrimonial y biográfica. A ello se ha sumado alguna aventurilla en el mundo de relato corto e incluso microrrelato.
¿Atreverme con algo diferente? Sin duda alguna, debo decir que sí, aunque ahora es un proyecto que solo bucea por mi cabeza y del que apenas tengo algunas notas. Más adelante comentaré algo en este aspecto.
¿Algún proyecto en ciernes?
Varios, eso es cierto. A mi continuidad en las publicaciones de miciudadreal.es he de añadir que ya tengo puestas mis miras en la segunda parte, pues el proyecto que se inició con La huida del heresiarca me llevará a enfrascarme en una trilogía. Aunque paso a paso.
¿Cuáles son tus principales influencias literarias y artísticas?
Pertenezco a la generación en la que la literatura ya se obligaba en los propios centros educativos desde muy pequeño. Por cercanía, sobre todo los literatos son de habla hispana, como Miguel Delibes, Vargas Llosa, García Márquez, e incluso Isabel Allende. Aunque también soy un asiduo lector de José Saramago y, por citar alguno más reciente, Aramburu o Dolores Redondo.
¿Quién es?
Manuel Cabezas Velasco, nacido en Ciudad Real en 1970 y formado en la Universidad de Castilla-La Mancha en el campo de la Geografía e Historia, inicia su andadura novelística con la presente novela, La huida del heresiarca, con la que da comienzo la reivindicación de un pasado que ya no ve por las calles de su ciudad.
En la actualidad, ejerce su labor profesional en el ámbito de los museos municipales de su localidad natal y reparte su tiempo con diversas publicaciones en redes sociales y prensa digital —desde el año 2012, en Miciudadreal.es Diario Digital Ciudadano— relacionadas con la historia, el patrimonio e incluso las biografías. Además, se aventura en el mundo de los relatos cortos y microrrelatos; fue seleccionado en el Premio Café Español de Relato Corto 2018 (El rapaz y el cura), 2019 (Las añoranzas de una dama en su morada y Viaje animado) y en el Certamen de Microrrelatos Signo Editores (octubre, 2018) con la obra El guardián y el converso, respectivamente.