Charlamos con Macarena Muñoz, autora de la brillante novela Memorias fugitivas, recientemente publicada por la Editorial Círculo Rojo.
¿Qué hay de real en Memorias fugitivas?
Depende de cómo se mire hay mucho o muy poco. Si se intenta encontrar paralelos entre mi biografía y la vida y familia de Ismael Pauli, las coincidencias son mínimas. Los personajes, sin embargo, están inspirados en personas reales, amigos, conocidos o familiares.
¿Qué hay de ficción?
La historia de la familia, la trama, aunque pudiera haber acontecido tal cual cómo se expone, es invención.
¿Cómo fue el trabajo de creación y estructuración de esta compleja novela?
Tenía la estructura de la novela muy clara desde el principio. Quería hacer una reescritura o mejor dicho una recreación de una serie de libros que había leído en los seminarios de literatura inglesa que cursé en la Universidad de Frankfurt. Esta primera parte, Memorias fugitivas, es mi tributo al libro de la autora canadiense Anne Michaels Fugitive pieces («Piezas en fuga»). Pese a que la historia que narro es diferente a la de Anne Michaels, mi novela se ha estructurado de un modo similar a la de esta escritora: no se trata de una narración cronológica, sino que la información que nos da el protagonista se nos ofrece en «piezas», como si fuera un puzle que el lector debe montar. Reconozco que esta estructura tiene su dificultad, que los capítulos necesitaban tener un tema central, para que pese a todo el «desorden» la novela tuviera una estructura. No siempre fue fácil redactar.
¿El trabajo de investigación histórica para la creación de Memorias fugitivas debió de ser tremendo, no?
Es fue uno de los escollos que me encontré. Pensé que con las ideas y la estructura tan clara iba a ser coser y cantar. Conforme me fui metiendo en el proyecto me di cuenta de que había que profundizar e investigar. Leí mucho sobre historia de Frankfurt y algo menos sobre la Namibia colonial o la tragedia de Eschede. Seleccioné entre todo lo que leí los acontecimientos que más me llamaron la atención y los que mejor iban con el tema de la novela. He intentado ser fiel a la historia que aparece como trasfondo en el libro.
¿Cuánto hay de usted en Ismael, el protagonista/narrador/escritor ficticio de esta novela?
En primer lugar los dos tomamos parte en seminarios muy parecidos en la Universidad de Frankfurt. Me decidí a volver a la universidad con 43 años para tener una equiparación total con los profesores alemanes y se me pedía hacer unos cuantos cursos de literatura inglesa. En segundo lugar, el retrato que hace Ismael de la ciudad de Frankfurt es mi visión personal de esta urbe en la que llevo viviendo desde 1997. Cabe añadir que yo, como Ismael en la novela, también me he enfrentado al reto de escribir y que no siempre ha sido una labor fácil. Por último Ismael es el tipo que me gustaría ser si fuera hombre y tuviera 25 años.
¿Cómo recomendaría Memorias fugitivas a sus potenciales lectores?
Memorias fugitivas es, aparte de una novela que te lleva a distintos lugares y épocas, que pese a la historia trágica que te narra te intenta mostrar el lado bueno del ser humano, un libro con tesis muy diferentes, a veces contrarias entre ellas, que más que dar soluciones, te invita a pensar.
¿Cuáles son sus principales influencias literarias?
En esta novela la influencia más clara sería Piezas en fuga Anne Michael, pero también hay clara influencia de Eduardo Mendoza (retrato de la ciudad y el personaje de Juan Trujillo) y de Soldados de Salamina de Javier Cercas. Otros autores que debería citar serían Gustavo Adolfo Bequer, Federico García Lorca, Vicente Aleixander, Rosa Ribas, Isabel Ayende, Gabriel García Marquez, Miguel de Cervantes, Albert Camus, Abdulrazak Gurnah y Vassanji.
¿Algún proyecto literario en ciernes?
Faltan dos partes a esta trilogía que están parcialmente escritas. La segunda es Los extranjeros que tiene también una importante labor de investigación histórica y donde la acción se desarrolla en dos continentes. La tercera, que lleva el título de Un océano verde esperanza, es pura ficción y que cierra la trilogía con un mensaje de esperanza.
¿Quién es?
Macarena Muñoz nació en Sevilla, pero pasó gran parte de su infancia, adolescencia y juventud en Granada, en donde cursó los estudios de Filología Hispánica y de Traductores e Intérpretes. En esa etapa de su vida fue la literatura una de sus pasiones. De hecho, participó y ganó algunos concursos de poesía y relatos breves. Después de terminar sus estudios universitarios viajó a países tan remotos como Australia, Malasia o Indonesia y ejerció tres años como profesora de español en Nueva Zelanda.
En la actualidad reside en Frankfurt, Alemania, con su familia. Es profesora de español, inglés y teatro en un instituto público. Su amor por la literatura la ha llevado a completar sus estudios académicos con algunos seminarios de Literatura Inglesa en la Universidad de Frankfurt, así como con la formación de profesora de teatro. Esto sin duda ha despertado de nuevo la pasión por escribir y la ha animado, ya en la madurez, a escribir una trilogía en la que se reflejan tanto sus conocimientos literarios, como sus experiencias personales en distintos países y continentes.