Charlamos con Javier Enrique, autor de la maravillosa antología poética Poemas para Noa, un canto a la libertad y a la vida recientemente publicado por Editorial Círculo Rojo.
¿Poesía o prosa? ¿Cuál es la cuestión?
Depende de lo que en cada momento se necesite. Leemos poesía más con el alma, e intentamos expresar en ella la belleza u otros aspectos a través de la palabra, con buen ritmo y sonido. La prosa, sin embargo, se lee en general más racionalmente, es más habitual y el lenguaje puede expresar más la realidad de las cosas, aunque pueda tener elementos ficticios.
Palabrerías aparte, en mi opinión la cuestión es que no debe haber cuestión. En unas situaciones se lee, escribe y se necesita de la poesía, y viceversa. Las dos se necesitan, las dos se retroalimentan y las dos pueden y deben coexistir. Hay veces que necesitamos leer un libro de ensayo que satisfaga nuestra curiosidad, otras veces un libro de aventura porque queremos divertirnos, y otras veces un libro de poesía porque queremos sentir, evadirnos o reflexionar, entre otras muchas cosas.
¿Crees que aún existe Fantasía? ¿O piensas que la Nada ha triunfado finalmente?
Creo que Fantasía puede ser válida para cualquier idea o percepción que tenemos de la realidad y que suponemos que es falsa, por alusión a Fantasía. Pero solo se supone, no tenemos elementos aparentemente de peso para demostrarlo. Por tanto, independientemente de que quiero y creo que exista, parece necesario buscarla siempre, o al menos estar dispuesto a encontrarla.
No buscarla iría en contra en mi opinión del hombre, de su naturaleza, y de su esperanza. Así que a veces hay que soñar despiertos, porque todos, unos más que otros, o al menos en algún momento de nuestras vidas, fantaseamos con vidas diferentes a las que vivimos para evadirnos de la realidad, porque no sabemos afrontar esa realidad, o para vivir de otra manera.
Todo tu libro gira en torno a Noa, pero llama poderosamente la atención como muestras que, a través de ella, te has encontrado a ti mismo. ¿Es así?
Creo que todos nos pasamos mucha parte de nuestras vidas intentando encontrar lugares, cosas, ideas, sensaciones, experiencias… A través de esa búsqueda puede ser que en algún momento nos encontremos más o menos a nosotros mismos, podamos con suerte solucionar algunas inquietudes existenciales que tengamos y seguir adelante averiguando dónde están las otras.
En mi caso concreto, Noa es una excusa para cualquiera de nosotros, que amparados en alguien a quien podamos querer, amar o en quien creamos, hace que a través de su vida o de la relación que tengamos con esa persona, podamos llegar a observarnos con mayor perspectiva, y más en paz con nosotros mismos y con los demás.
¿Hay esperanza en el mundo que dejaremos a Noa, a todas las Noas del mundo?
Hace poco leí en una entrevista a Carlos Gil Zamora diciendo que tenía el pesimismo del mal informado porque a lo mejor está todo muy bien. Yo creo que quizás todo está a lo mejor un poco patas arriba, pero ya sea por ignorancia o atrevimiento, o porque la ignorancia es muy atrevida, igual soy excesivamente optimista porque estoy mal informado. Y aunque lo pueda ver tan negro, he ido aprendiendo con el paso del tiempo a moverme relativamente bien en esos lodos, partiendo de la realidad como puto de partida, para después buscar o al menos estar abierto a encontrar la magia, la esperanza y todo lo que se tercie. La esperanza, es en mi opinión el combustible del amor que mueve el mundo.
¿Perdimos la guerra o solo la batalla?
La vida es una batalla. El ser humano lleva combatiendo ya sea entre dos o más personas desde hace mucho tiempo. Algunas referencias datan ya de la Edad de Bronce, aunque no creo que lo hicieran de forma tan organizada como en la actualidad. Creo que la historia ha demostrado que las batallas son en general bastante estúpidas, y que hay de todo menos evolución, aunque algunas por desgracia sean necesarias. Me gusta mucho el video de Pearl Jam, donde se refleja muy acertadamente en mi opinión esto (Do the evolution).
Además, continuamente sacamos el animal que llevamos dentro, normalmente en la clandestinidad, debido a las consecuencias que las leyes ejercen. Si no fuera por sus consecuencias legales, todos seríamos en mayor o menor medida violentos. Y en relación a tu pregunta pienso claramente que la guerra no está perdida. Y no puede estarlo mientras una sola persona no reconozca a una mayoría que no tiene toda la razón, o solo una parte de esta. Puede que esto tenga relación con un viaje, donde el camino ya es importante y no solo el destino, pero tampoco me hagas mucho caso.
Una pregunta más mundana. ¿Cuáles son tus referencias literarias?
Leo cuanto puedo con el poco tiempo que tengo, por recomendaciones o intuición hacia un libro o autor concreto, además de lo ya conocido y pendiente por leer.
Me gusta mucho la literatura hispanoamericana del silgo XX. Mario Benedetti me influyó desde que era chico, por su forma de entender la literatura y la vida, y ya no pude dejarle escapar a lo largo de todo este tiempo. Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, poetas como Ángel González o Walt Whitman me acercaron más a la poesía social y a disfrutar del verso libre. Y ya puestos en prosa, Benedetti vuelve a destacar con libros como La tregua o Primavera con una esquina rota, pero también autores como Karl Ove Knausgård, Agatha Christie (porque gracias a ella descubrí la lectura de muy, muy niño) o Ray Loriga si hablamos de contemporáneos más cercanos.
Actualmente estoy leyendo El viaje de sus vidas (Michael Zadoorian) y La bicicleta del panadero (Juan Carlos Mestre).