Se trata de una novela que muestra las costumbres serranas al tiempo que denuncia la falta de atención que reciben las comunidades originarias, no solo en la Sierra del Norte de Puebla, sino en el mundo en general.
CÍRCULO ROJO.- Paulina Fernández ocupa sus días ejerciendo la abogacía, sin embargo, desde niña ha soñado con ser escritora. Es por eso que cuando por circunstancias del destino, tuvo que trasladarse a Huauchinango, al límite con los estados de Hidalgo y Veracruz se decidió a escribir ‘La muralla de los árboles’.
A través de este libro, Paulina, refleja las costumbres serranas, a la vez que denuncia la falta de interés de las grandes esferas por mejorar las vidas de sus habitantes. “Podría ser cualquier lugar en este planeta donde en muchos casos quien tiene mejor calidad de vida es el occidentalizado o euroamericanizado, antes de que se comprenda que existen otras formas de vivir, que esas comunidades tienen que mejorar su calidad de vida y, que las costumbres suena a que hay que conservarlas, pero en ciertos casos lastiman a quien debe seguirlas e incluso los derechos humanos de ambos géneros, pero definitivamente se ensaña más con las mujeres, quienes además de pocas oportunidades sufren de matrimonio forzado y de trata de personas”, explica ella misma.
Publicada en Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a encontrar un ambiente que describe paisajes, olores, sabores, temperatura, una lengua diferente (con traducción de algunas palabras); y todos estos elementos, ayudan al lector a sentirse dentro de ese lugar, como si fuera parte ayudándole a comprender el mensaje de denuncia sobre cómo se descuida a ciertos sitios de seres humanos, lo que genera desplazamiento y migración a la larga porque sus habitantes no encuentran respuestas para su hoy y su mañana.
Es una obra inspirada en el cariño que la propia autora recibió de los habitantes de este emblemático lugar de México, así como el “abandono” que percibió por parte de los gobiernos, quienes, según ella misma describe: “buscan obtener su voto en épocas electorales pero no se preocupan por mejorar su calidad de vida y eso duele”.
SINOPSIS
Esta es una novela que narra la niñez y juventud de Santiaga Aguacatitla, una mujer nacida en el seno de una familia de la Sierra Norte de Puebla, nieta de un chamán del que hereda las tradiciones y la herbolaria; a lo que su familia se opone, principalmente su padre.
La protagonista parece estar determinada por la pobreza, la ignorancia, los servicios de salud deficientes, la falta de equidad de género, el tráfico de personas, la violencia intrafamiliar y otras situaciones adversas que ella sortea con inocencia plantando su mejor cara.
El libro está escrito en doce capítulos, uno por cada mes del año simbolizando la vuelta al sol que los serranos cuentan para el regreso de sus muertos. En sus hojas se destaca el sincretismo entre el catolicismo y sus antiguas creencias; revela las costumbres en la forma en la que visten, hablan, piensan, miran, huelen, saborean, sienten, sufren, aman y disfrutan la vida.
Para la autora, la finalidad es que el lector, a través de los ojos del narrador omnipresente, vea cómo se desenvuelve esta cultura; así que es un viaje a sus tradiciones, la magia, sus curanderos, su amor por la flora y fauna, pero también a retos como el subdesarrollo, el alcoholismo, el maltrato a la mujer, la mortandad infantil, la trata de personas y la migración.