Este libro, El camaleón acuático, de la granadina Victoria Morillas, publicado recientemente por la Editorial Círculo Rojo, es una invitación a redescubrir la vida, la vida que vivíamos cuando éramos niños, cuando no nos agobiábamos por el mañana, ni por el presente, la vida que perdimos cuando empezamos a pensar más allá del próximo fin de semana. Pero también es una guía de viajes hacia nosotros mismos. Sí, esto puede resultar manido para los hiperactivos habitantes de este mundo esquizofrénico actual que creen saberlo todo y que se nutren a base de feedback digital y palmaditas de hipocresía. Pero es que eso de descubrir quiénes somos para ser más plenos y sabios ha sido el gran consejo que desde la más remota antigüedad nos han propuesto los sabios. Sócrates comenzó a filosofar tras leer en el mítico templo de Apolo en Delfos, donde se encontraba el famoso oráculo, una inscripción que decía: «Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a sus dioses».
Conocernos a nosotros mismos, para esta autora, pasa por tomar conciencia de que somos uno con la naturaleza y de que si hay algo que nos hace humanos es nuestra capacidad de adaptación al entorno. Somos, aunque nos hayamos olvidado, como los camaleones, y, como ellos, manifestamos nuestras alegrías y nuestras penas en nuestro bienestar físico y mental, aunque Victoria no está para nada de acuerdo con esta esquizofrénica dicotomía. No existe esa separación. Somos un todo, un uno, que a la vez forma parte de otro todo.
Así, si estamos atentos a las señales que nuestro cuerpo manifiesta, podremos corregir a tiempo las conductas, hábitos y vicios que dañan, muchas veces sin darnos cuenta, nuestro ser. Y de nuevo, siguiendo con la metáfora del camaleón, debemos aprender a adaptarnos en un medio a menudo hostil, un medio que, en muchas ocasiones, hemos construido nosotros mismos.
Por lo tanto, este libro viene a ser una guía para recuperar nuestra inocencia mental perdida y nuestro equilibrio físico desequilibrado. Pero el tratamiento es holístico, ya que, repito, cuerpo y mente son uno solo y están intrínsecamente relacionados y coordinados. El objetivo consiste en ser felices, lo que, a la vez, nos lleva a ser sanos —teniendo siempre en cuenta que nuestra salud no siempre depende de nosotros mismos.
Una de las partes más emocionantes y bonitas de esta obra son los relatos ficticios, aunque basados en historias reales, que la autora utiliza como ejemplo de que es posible frenar la caída por la cuesta existencial por la que nos empuja la sociedad y, en muchas ocasiones, nos empujamos nosotros mismos. Algunas, como la historia de María, la reina de la noche que al llegar a casa se reencontraba con su desasosegante realidad, o la de Carlos, que se reencontró consigo mismo gracias a algo tan sencillo como un partido de tenis, son realmente brillantes.
Además, Victoria Morillas explora los caminos de las medicinas alternativas, sin menospreciar en ningún momento la comprobada efectividad de la medicina ortodoxa. Pero es consciente de que muchas de las enfermedades, trastornos y dolencias que afectan a la humanidad de hoy en día guardan estrecha relación con nuestro modo de vida. De hecho, siendo estrictos, muy poco estamos realmente sanos, lo que tampoco quiere decir que estemos enfermos, claro. Es decir, que no estemos enfermos no implica que vivamos bien. Claro, esto nos lleva a una inevitable pregunta: ¿qué es vivir bien? Quizás sea esta la madre de todas las preguntas, aunque Victoria se atreve a dar una respuesta: «sentirse satisfecho con uno mismo». De ahí que acabe relacionando sus propuestas con la medicina oriental, que gira en torno a esa perspectiva holística que antes comentaba y que se construye en torno a la energía vital, el chí de la medicina china y el taoísmo, un concepto primo hermano del prāṇa de los hindúes, que viene a ser la energía del universo con la que nacemos y que vamos perdiendo a lo largo de nuestra vida. Pero esa energía vital, que mueve y «alimenta» nuestro cuerpo (entendido como un todo) tiene que estar en equilibrio y armonía. Así, cuando se produce un desequilibrio, o su corta su libre flujo, surgen las dolencias físicas y/o mentales. Por supuesto, esto guarda relación con la interesante idea de los chacras, esos centros de energía que según la filosofía hindú regulan nuestro impulso vital.
Por lo tanto, gran parte de esta obra trata de cómo debemos cambiar nuestros hábitos y costumbres para que nuestra energía vital fluya mejor. Nos le voy a desvelar qué consejos nos ofrece Victoria; para eso tendrán que leer el libro, pero sí les puedo asegurar que, si todos hiciésemos caso a estas sencillas ideas, y practicásemos los interesantes y numerosos ejercicios que nos propone, la vida nos iría de otra manera y seríamos más felices y plenos.
Por último, es digno de destacar que Victoria Morillas deje claro al principio de su libro que sus propuestas, aunque pueden ayudar a desarrollar una vida más sana, no están basadas en evidencia científica. ¿Y qué más da si funciona? Por supuesto, cuando nos sintamos enfermos debemos ir al médico, pero nada malo ahí en vivir de acuerdo con las propuestas que plantea este libro y que millones de personas han aceptado y desarrollado, con éxito, en el mundo entero.