«Abramos esta puerta con la llave de la imaginación. Tras ella encontraremos otra dimensión, una dimensión de sonido, una dimensión de visión, la dimensión de la mente. Estamos entrando en un mundo distinto de sueños e ideas. Estamos entrando en la dimensión desconocida». Así, con estas bellas palabras, y una musiquilla conocidísima —obra de Marius Constant—, empezaba cada uno de los 156 episodios de la genial The Twilight Zone, conocida en España como La Dimensión Desconocida, una serie de ciencia ficción y fantasía creada por el simpar Rod Serling, que a la vez ejercía de narrador y de maestro de ceremonias.
Pequeñas historias con moralejas, finales inesperados y muchísima mala leche; pequeñas películas geniales e increíbles que marcaron a varias generaciones de amantes de la ciencia ficción cinematográfica, televisiva y literaria. Y todo gracias a un tal Rod, que ahora, cincuenta años después, ha encontrado un digno heredero en el autor de este libro que tengo el honor de reseñar, J. A. Collazo, un prodigioso y brillante creador de historias prodigiosas, de origen portorriqueño, que a buen seguro le recordarán en más de una ocasión, querido lector, a aquellas perturbadoras tramas creadas por Serling. Y eso que solo ha escrito por ahora una novela, pero qué novela… Se trata de El resplandor de la muerte, una extraordinaria opera prima publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo.
Collazo, como años antes hizo el gran hizo suyo, quizás sin saberlo, un concepto genial que desarrolló con pasión uno de los mejores filósofos alemanes del romanticismo —perdón, querido Nietzsche—, el simpar Friedrich Schelling. Se trata de lo que denominó unheimlich, que se podría traducir como «extrañeza inquietante» y que este idealista pensador definió como «lo que debía haber quedado oculto, secreto, pero que se ha manifestado». Lo ocultado, lo escondido, lo que reina en esa dimensión desconocida y que, de vez en cuando, se muestra, provocando desasosiego, confusión y pavor. Pero ese espanto atávico no se muestra en lo excepcional, sino en lo cotidiano, de ahí la contundencia con la que golpea la mente de los lectores de este libro, de ahí que los protagonistas de Collazo —y de Serling— sean, generalmente, personas corrientes y mundanas que se enfrentan, casi siempre sin venir a cuento, con la aparición, con la manifestación, de algo anormal dentro la cotidiana normalidad. Son víctimas —o cómplices— del unheimlich.
No es mi intención hacer ningún tipo se spoiler, por supuesto, aunque sí les dejaré unas breves pinceladas sobre la trama de esta inquietante novela. El protagonista es un joven llamado David Dempsey, que un buen día, sin motivo aparente, comienza a percibir extraños cambios en su realidad —entre otras cosas, ve a un niño que, en principio, estaba muerto—. A partir de entonces comienza a entrar en una perturbadora espiral en la que los multiversos, las realidades paralelas y las líneas temporales cobran todo el protagonismo… Una espiral que la hará tomar conciencia de que nada es cómo había pensado hasta entonces…
En lo formal, cabe destacar la estructura perfecta de la obra, que va evolucionando de una manera asombrosa, atrapando al lector en una espiral, a veces desasosegante, de la que no podrá salir hasta terminar el último párrafo de la última página. Merece la pena destacar la logradísima construcción de los personajes, ricos en matices, con sus propias historias personales y con una evolución asombrosa que se va manifestando conforme va avanzando en profundidad la trama. El autor recrea sensaciones y experiencias a la perfección y consigue no solo arrastrar al lector a que devore las páginas del libro, sino que consigue que empatice y haga suya la aventura, y la tragedia, de los protagonistas.
Además, el autor emplea una genial herramienta narrativa que en este tipo de libros ayuda a comprender mejor la trama: alterna de voz narrativa y sitúa a sus personajes hablando en primera persona al lector, y así se va construyendo la historia desde diferentes perspectivas, como un collage poliédrico, lo que permite que se enriquezca sobremanera la narración y que el lector se sitúe mucho mejor en la historia.
Como podrán comprobar si se atreven a adentrarse en las páginas de El resplandor de la muerte, los personajes que deambulan por estas páginas, en mayor o menor medida, se ven arrastrados sin compasión por el dichoso unheimlich. Eso sí, han de saber que están a punto de abrir una puerta que les puede llegar a lugares nada reconfortantes de la conducta humana. Espero que la «extrañeza inquietante» no pueda con ustedes…