Segovia, 1997. Empieza a escribir canciones con 10 años, pero a medida que va creciendo, se va dando cuenta de que aquello no hay por donde cogerlo. A los 12 años se enamora de una sonrisa, y decide escribir sobre aquello por lo que late
su corazón. Hoy, siete años después, la tinta que lloraba está escrita en estas páginas. Y sus sueños, sus sueños están aún sin cumplir.