El inferno, siempre fue el malo del cuento,
hasta esta noche, que soy yo el que narro.
Que quede claro, en presencia del abogado del diablo,
que esta relación,
va a durar la infnitud del último suspiro de un suicida.
Desnúdate de ropa, miedo y pasado.
Porque soy el hijo bastardo
de Capote, Bukowski y Sabina.
Eme
Demasiado inquieto, demasiado sensible, demasiado bueno, demasiado
concienciado socialmente, demasiado indignado con la injusticia, demasiado
preocupado por todo. Demasiado dispuesto a cambiar el mundo, y en una
medida u otra, sí, lo hará… Pero, efectivamente…
Qué de hostias te vas a pegar, carajo.
Jorge Casal