Oliendo a Pan es una interesante obra profundamente humana y de un enorme desgarro emocional. La autora se sumerge en los ojos de la niña, en un viaje a través del tiempo. En la profundidad de la mirada, en los recuerdos, se desnuda en un complejo ejercicio introspectivo donde arrastra la pobreza moral de los prejuicios y de las costumbres en sus mismas raíces. En el despertar de la infancia prematuramente arrebatada y en los fragmentos rotos de la vida consumida de su madre, reflexiona. Y alza la voz contra la sociedad, sobre todo contra los poderes que alimentan la sinrazón en su arraigo, y en el retroceso del desarrollo natural de los seres humanos en la evolución de los tiempos.
Oliendo a Pan es para el lector que emprende este viaje en su lectura; todo un desafío en el doloroso ahondamiento interior hasta poder mirarse con libertad en la fina hebra de la existencia.