“Un lugar de la Laponia perdida, una cabaña de 60m2 con todas sus ventanas al bosque. Esta naturaleza blanca y no contaminada es el santuario de una novela que va creciendo en sugestivos círculos concéntricos hasta completar un mosaico de mundos enlazados por los sentimientos, los sueños, las búsquedas, las huidas, la solidaridad, los acontecimientos, las miserias, la explotación y los riesgos.
Hace mucho tiempo que una novela no era capaz de abrir, desde lo más pequeño y hasta mínimo, tantas ventanas a tan amplios alrededores.
Escrita con una bella y bien compuesta precisión narrativa, Sesenta metros cuadrados es una novela, que se hará indispensable si se quiere llegar a esos rincones donde también viven las personas y los hechos.”
(Adolfo Burriel Borque)