En homenaje a los hombres y mujeres que tienen por techo las estrellas, a aquellos a quien un día el destino les arrastró a vivir apartados de la sociedad. A esas personas, sobre las que nunca nos pararemos a saber las circunstancias de su vivir en la calle, va dedicada esta novela. Una novela que solo es la punta del iceberg y que solo intenta explicar la vida de cinco personas y por qué llegaron donde llegaron. Cuando veo a alguno de ellos, pienso en la historia que esconde en sí. Miro a la gente que pasa a su alrededor y pienso que ellos no lo ven, nunca se darán cuenta que esas personas son historia. Nadie llega a esa situación sin tener que pasar por mil problemas y vivir miles de historias, algunas de ellas demasiado cortas, y otras demasiado largas. El daño será lo que los lleve a buscar a la dama de negro. Dos historias componen el libro:
1: En busca de la dama de negro. Entre varios vagabundos ayudan a uno de los suyos, quien ha sido llevado a las puertas de los infiernos tras una brutal paliza propinada por unos jóvenes a los que llamó la atención al verlos destrozar los retrovisores de unos coches. Hacía años que no se sentían dentro de la ley, era algo olvidado que no iba con ellos, de ahí que aplicaran la suya a quienes llevaron a su compañero a las puertas del infierno.
2: 11M: La Dentista. Uno de ellos, Durán, tras un accidente de coche, conoció a Marta (dentista), quien, sin saberlo, se convirtió en una pieza a batir por esos poderes del Estado que jamás se ven. Marta vio a su amor morir sobre ella en uno de los trenes de los atentados del 11 de marzo del 2004. Pasados los años, se convirtió en el mayor peligro para los responsables de todo aquello.
Nota del autor: Son muchos los que piensan que los culpables intelectuales del 11M no tuvieron castigo alguno. Esta historia, desde la ficción total (o supuesta), les da un castigo merecido a esos que en esta ficción se libraron.