¿Ver para creer o creer para ver?
La autora, en su segundo libro, nos plantea esta pregunta y pretende que cada lector se deje llevar por cada excitante y enriquecedor testimonio narrado.
No es nada fácil encontrar una rápida ni certera respuesta. Requiere una buena reflexión, y esto es porque no fuimos educados para creer en hechos que no se pueden ver ni tocar.
Adentrándonos en la palpitante lectura de la obra a través de cada sensacional, emocionante y conmovedora historia, todas ellas llenas de esperanza, nadie quedará indiferente, pues puedes descubrir que, lo que vivimos día a día no es nada más que una parte de nuestra existencia y que hay otra parte, tan importante o más como la que vivimos como real, que nos la perdemos por no observarnos a nosotros mismos lo primero, y por no observar todo lo que nos rodea. Cuando aprendemos a “ver” así, todo se vuelve mágico.
La vida es apasionante si aprendemos a vivir con plena consciencia, cada hora, cada minuto, cada segundo, cada instante…