La finalidad de este libro es dar a conocerá a este malagueño de la segunda mitad del siglo XIX, ANTONIO LUIS CARRION personaje polifacético, republicano, periodista, escritor y diputado a Cortes. También fue secretario y amigo del presidente Salmerón, presidente de la I República. Es una persona muy poco conocida por el público malagueño y andaluz en general y no demasiado por los amantes de la historia de España. Mi primer contacto con él lo tuve al escribir “La Gloriosa en Málaga”, trabajo que obtuvo el Premio Málaga de Investigación. Allí vimos que participó primero con sus ideas y luego formando parte de la Junta Revolucionaria local. Más tarde al investigar “La Revista de Andalucía” ,dirigida por él, conocimos su amor por la vida artística, por la cultura y su deseo de informar a las clases más desfavorecidas y acercarlos a este mundo. Era órgano de expresión de todas las provincias andaluzas. Publicada en Málaga, contó con redactores tan brillantes como Cánovas del Castillo, Pi y Margall, Guillen Robles o Josefa Ugarte Barrientos y Francisco Giner de los Ríos, también malagueño, creador de la Institución Libre de Enseñanza en Madrid. De sus numerosos artículos destacamos la difusión de las teorías de Darwin y del contenido de dicha Institución Libre de Enseñanza. También se ocupa de la vida artística, cultural y científica de Málaga. De su biografía no hemos conseguido mucho, pero la abundancia de material escrito ha proporcionado un conocimiento muy completo sobre él y su pensamiento… su labor política y cultural sobrepasa el ámbito local y andaluz, para pasar al nacional con sus discursos en las Cortes y su colaboración con el presidente de la I República. Tengo que decir que, aunque no se ha hecho intencionadamente este libro puede leerse cada capítulo de forma independiente. Espero haber conseguido mi propósito y que los malagueños y el público español aprecien a este singular personaje y su ideología, que como podemos ver es muy actual y se adelanta a su tiempo en numerosos puntos como; Juicio por jurado, abolición del servicio obligatorio al Estado o supresión de todo tipo de impuestos al consumo de subsistencia. Este último aún no se ha conseguido hoy día.