¿En alguna ocasión has sentido un pinchazo de vacío y dolor en el pecho? Una falta de aire que existe sin estar, que ni se ve ni se va, solamente duele. Ahí. Dentro. ¿Lo has vivido alguna vez? Si es así, esta novela es para ti, y empieza de la siguiente forma:
Perderte ha convertido mi vida en una vida sin aire. No puedo más que intentar respirar. Solo me calma el recuerdo de nuestros besos de hormiga, donde tus dedos cálidos de paciencia infinita acariciaban suavemente mi mano de niño, mientras me dormía con una sonrisa de ángel. Lo recuerdo tan intensamente que, a veces, incluso parece real. Y ojalá lo fuera. En cierto modo la madurez es la marchitez de la inocencia. Ojalá aún fuera niño… Ojalá siguieras aquí.
Besos de hormiga no es una historia de amor entre insectos, no. Es la historia de un soplo de aire, de aquellas sensaciones que ahuyentan los vacíos que comprimen el pecho. Simples caricias que hacen ser lo que uno es. Es tu turno. Solamente disfruta y comparte millones de besos de hormiga.