Ni en la mayor de sus pesadillas, Roberto hubiese podido imaginar el infierno de incertidumbre e impotencia que está a punto de experimentar al despertarse semidesnudo en el asiento trasero del jeep donde viajaba. Sin embargo, muy a menudo las cosas suceden a nuestro alrededor con el indudable objetivo de enseñarnos a valorar aquello que tenemos al alcance y que no apreciamos realmente hasta que las cosas se tuercen, de hecho es resabido que “no existe mal que por bien no venga” y en este libro se describe un divertido ejemplo de semejante chascarrillo del folclore humano.
Miguel Ángel se inmiscuye en el terreno de la risa con su cuarta obra literaria y se sirve de la herramienta del humor para transportarnos a una disparatada aventura, a medio camino entre la novela y el teatro, la cual aspira humildemente a sumergirnos en su dinamismo de principio a fin.