Me muero por cogerte la mano y pedirte que me sigas, que te haré feliz.
Cogeremos mil caminos sin saber su destino. Los descubriremos paso a paso, juntos, a nuestra manera si quieres, porque siempre todo será a nuestra manera, diferente a todo y por ello especial.
-Óscar
En los textos del presente libro, Montserrat se mueve entre la pura poesía —como se advierte en el mismo prólogo, en el que la escritora dialoga con esas letras que tantas pasiones le desatan— y la pura narrativa, que no deja de ser en ningún momento una metáfora de la vida. Una invitación a la reflexión. Una prosa poética en la que priman las sensaciones sobre los hechos en que la autora las basa. El libro de Montserrat Palau Iglesias expresa, sobre todo, sentimientos, evocaciones, un canto a la vida, un canto a la Madre Tierra, de modo que los textos visibles, aun relatándolos, carecen de importancia porque no son más que un pretexto para esa evocación de sentimientos. Como dice la autora en la primera página: “lo importante no es la cosa en sí, nadie tiene la verdad, solo tenemos experiencias, momentos de reflexión, de rebeldía, de amor” y, en consecuencia, no son importantes los hechos que se relatan, sino las reflexiones a que pueden mover esos hechos, que pueden ser distintos para cada lector.
Me parece una excelente colección de relatos, evocativa y muy bien escrita.
Es un libro dirigido a un público muy especializado, amante de la poesía y de los textos que mueven a reflexión sobre el ser humano y sobre la vida.
-Francesc Rovira Llacuna
Crítico literario y escritor