Daniel. Soy mujer y soy poeta es un trabajo vital, que refuerza la identidad de la autora como poeta a la vez que lo convierte en un homenaje a su padre. La obra consta de tres partes bien diferenciadas. En las dos primeras, a pesar de esta diferencia, su poesía es íntima, existencialista a la vez que reivindicativa. Es un guiño a la vida y a la muerte. Es un reconocimiento a la literatura, al cine, a la vida moderna, a la amistad, a los recuerdos de la infancia y a la galaxia infinita, a lo inalcanzable y a lo inexplicable.
La última parte de esta obra es un relato corto, “El Descanso”, escrito hace dieciséis años cuando la autora dejó Gran Canaria, su isla, para comenzar una nueva vida en el Principado de Andorra. La nostalgia, la añoranza del mar, de la infancia y el temor a la muerte la llevaron a escribir este relato que contiene la brisa marina de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.