¿Qué es la vida sin amor? Una supervivencia, un vacío. El amor en todas sus vertientes es necesario para el alma, para nuestro yo más íntimo y más auténtico. Sin amor no podemos saborear todo lo que la vida nos da, todo lo que imaginamos y soñamos. Y si no imaginamos ni soñamos, solo morimos un poco cada día.
Pero hay muchas clases de amor y el primero que tenemos que mimar es el amor a nosotros mismos. Identificarlo, cuidarlo y tenerlo presente porque sin él no podremos amar de verdad a nadie.
¿Y el amor entre dos seres que se aman, se necesitan y se desean? De esta clase de amor habla esta historia, dividida en tres partes que bien podrían ser independientes entre sí, pero que se consolidan en una sola, para que las tres etapas de la vida de la protagonista (adolescencia, juventud y madurez) sean vividas con tres amores diferentes y de diferente manera. Lo que nos enseña Carlota es que nunca se debe renunciar a ser uno mismo, como nunca se debe renunciar a creer en el amor, pase lo que pase.
¿El amor no correspondido? Karlota diría que, al menos, ha podido experimentar amar a alguien de verdad. Nunca hay que perder la esperanza de encontrar a quien amar y quien te ame, pero primero tienes que aprender a amarte a ti misma.
Los hombres y las mujeres solo nos dividimos en dos grupos: los que aman y los que no aman. Y todos podemos querer, todos podemos amar, todos podemos ser el héroe o la heroína de nuestra propia historia. No hay excusas.
No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe.
Platón