Se podría decir que la caza es inherente al hombre. los primeros grupos humanos basaban su alimentación en la caza, la pesca y la recolección. Un modelo de supervivencia de la especie que llevaba asociados unos rituales, formas de vida, prácticas económicas y organización social, que trascendían hasta lo espiritual. Una actividad de subsistencia que, con el tiempo, se ha convertido en una práctica realizada por placer.
Así, la distancia entre aquella caza original y la que ahora se practica es tan enorme como la misma evolución humana. En tiempos remotos la alimentación dependía del resultado de la batida, y la diferencia entre cazador y presa estribaba en el método, estrategia e ingenio que se aplicara porque, de no mediar estos, en algún momento se invertían los papeles. Ahora, con armas sofisticadas, se sale a cazar conociendo de antemano el resultado final y dejando sólo como interrogante el número de piezas que serán abatidas y el cazador que se las cobra.
El tipo de pieza pretendida y los medios empleados son los elementos que marcan las distintas modalidades de caza, llevando aparejada cada tipo diferentes técnicas, infraestructuras, repercusión económica y marco social.
La evolución de estos aspectos y los trazos y huellas que el tiempo ha dejado en el ADN de la especie humana, referidos en general a Andalucía y la provincia de Huelva, y en particular a Valverde del Camino, son el objeto de este libro.