Julio Maroto García nació en Alcázar de San Juan, el día 28 de septiembre de 1913. De familia de labradores, cursó sus primeras letras en lo que entonces se denominaba «escuelas de pago», alternando con posterioridad sus primeros trabajos con los estudios de segunda enseñanza y bachillerato que realizó en el colegio de los frailes trinitarios de Alcázar de San Juan. En 1933 cursó por libre la carrera de Maestro, trasladándose a Madrid para cumplir el servicio militar. Allí tomó contacto con la Residencia de Estudiantes y la Institución Libre de Enseñanza, corporaciones que forjarían en él una visión de vida que ya nunca le abandonó. Durante la Guerra Civil alcanzó el grado de teniente de caballería del ejército republicano. Al acabar la contienda fue confinado en un campo de concentración en Rota, siendo liberado poco después para incorporarse de nuevo a las tareas docentes en el colegio de los frailes trinitarios de Alcázar de San Juan, al haber sido reclamado por éstos dadas sus dotes de excelente formador. En 1941 obtuvo por oposición plaza de Maestro Nacional. Destinado en la aldea de Alameda de Cervera, allí permaneció durante dieciocho años en pleno contacto con la naturaleza. Tiempo que aprovechó también para obtener por libre los títulos de Practicante en Medicina y Delineante, profesiones y conocimientos que ejerció, dada la precariedad de medios con que contaba la aldea, al unísono de las de la docencia, su principal obligación. Tan polifacética actividad le permitió recibir numerosos premios y galardones, destacando entre ellos la Cruz de Alfonso X el Sabio. Hombre amante de su familia, entusiasta de su profesión, defensor apasionado de la escuela pública, de carácter polifacético, libre, honrado y respetuoso, añadió a todo ello un amor por la naturaleza que le convirtió en «ecologista» por razones y convicción. Falleció a los noventa y tres años, el día 22 de enero de 2007. Como epitafio sobre su tumba la simple glosa que le describe mejor: «Maestro de Escuela».