“Me he creado en eco y abismo, pensando. Me he multiplicado profundizándome”. Así expresaba Pessoa cómo el poeta se detiene en las impresiones que no le pertenecen y de esa meditación sensible sobre la vida, no de la vida misma, nace el “yo poético”, o mejor dicho, los “yoes poéticos”. Eco y abismo recoge el problema de la identidad y del mundo como representación.
Vivir es interpretar. A veces la máscara, el personaje, se nos ajusta mejor, y a veces nos exige una impostura que nos pasa factura. Pero la vida no es un monólogo. Hay otros con nosotros con sus propias máscaras, hay un tiempo que nos constriñe y un decorado del que formamos parte irremediablemente. ¿Quiénes somos? ¿Quiénes son los otros? Poema tras poema viajaremos a los espacios interiores y exteriores de la autora, en los que las ciudades se convierten en un coro trágico que nos devuelve el eco de todos esos abismos a los que nos asomamos y de los que difícilmente salimos indemnes.