Orbea posee el sentido fatalista del oriental; la experiencia le ha enseñado que no se puede modificar el ritmo natural de los acontecimientos. Pero necesita dinero. Así que trabaja, como él dice, de chico de los recados: lleva, trae, busca, encuentra… Se alquila sin traicionar sus principios, pues carece casi por completo de ellos. No le agrada lo que hace, ni mucho de lo que hizo. Y, claro, en ocasiones los recuerdos del pasado salen a la superficie, como peces muertos flotando en aguas contaminadas. Una aproximación irónica a la novela negra. Cinco historias de Lucas Orbea con desapariciones, enigmas, crímenes y todos los ingredientes propios del género.
Cinco relatos, un puñado de personajes y situaciones para que los disfruten lectores amantes del cine y con sentido del humor.