La poesía se interpola en el mundo de los humanos haciendo profunda la densidad de emociones que provocan las interacciones, los razonamientos, las estimaciones y las expectativas que se generan entre ellos. Se exhortan las sensaciones, innegables ellas mismas a las que sucumben hasta incluso el más estoico de los mortales. Y los sentimientos se vuelven innatos, irresolubles o experimentales, tal y como se desarrollan dentro de cualquier ser con gravidez.
En este libro se exoneran las penas, las alegrías, las dudas, las indecisiones, las esperanzas, las satisfacciones y las insatisfacciones, las ligerezas y confusiones de un mismo. La autora ha querido reflejar en su poesía la exclamación de estos conceptos como una ejecución de mezclas y garabatos que acontecen regocijo, siempre, y, sin más, de las emociones, las sensaciones y los sentimientos.