“Pieza o fábula teatral”, destinada -como dice en el prólogo el mismo Afortunado, escudero de Magnífico- para ser representada. Dividida en tres actos. Corta, ágil y con un lenguaje muchas veces arcaico o desactualizado que recuerda a episodios caballerescos o pastoriles. Esquemas y arquetipos repetidos en la literatura, con reminiscencias medievales y un modo de vivir romántico o antiguo. Focalizaciones rurales, de bosque y pórtico de villa antigua; personajes sacados de tragicomedias de aldea o novela caballeresca. “Teatro dentro de un teatro” con la representación de un retablo de marionetas… Todo en manos de un escritor contemporáneo como es Juan Hedo. (El autor quiere mostrar cómo una obra onírica y existencial, aunque se elija un contexto arcaico, puede servir para “moralizar” o “meditar” sobre cualquier época.)