Este precioso libro nos cuenta una historia real. La historia de una batalla, la de un niño no ya contra su enfermedad sino contra los prejuicios de una sociedad inculta y medrosa que sigue creyendo, como en la Edad Media, que la epilepsia es algo oscuro, aterrador y peligroso. Pura ignorancia, ya digo. Alejandro el Magno, Julio César, Santa Teresa de Jesús, Napoleón Bonaparte o Einstein, entre muchos otros, fueron epilépticos. Hay tantos personajes famosos que tuvieron esta dolencia que una casi siente la tentación de decir que es una enfermedad que favorece el talento. Una deducción sin rigor científico, desde luego, pero aún así mucho más fundamentada que la tonta opinión negativa contra los epilépticos. Uno de los personajes de mis novelas que más me gusta es León, de Historia del Rey Transparente, un hombre que sufre crisis de epilepsia. Lo cual no impide que sea fuerte, hermoso, compasivo y sabio. Y eso es lo que nos enseña este
estupendo libro: la normalidad de lo que la sociedad se empeña en ver como anormal.
Rosa Montero