Daniel y su novia deciden apadrinar una niña de un poblado llamado Zinoco, en el Estado de Chiapas, al sur de Méjico. Al cabo de unos meses, la relación entre ellos y la pequeña Marisa se hace más estrecha y afectiva gracias a la intervención de una monja misionera que vive en el mismo poblado. Un día Daniel cae en la cuenta de que hace tiempo que han dejado de recibir noticias de ella y esto le genera una gran inquietud y un mal presentimiento. Preocupado, intenta ponerse en contacto con ella sin conseguirlo. Al no recibir noticias, decide protagonizar la búsqueda, descubriendo que no se trata de un caso aislado. Aunque existen ciertos indicios, nadie pone los medios necesarios para encontrarla, hasta que el mismo Vaticano toma cartas en el asunto. En su camino, Daniel conoce a una cooperante, Michelle. Juntos, se ven envueltos en una serie de acontecimientos desconcertantes e involucrados en una trama donde tendrán que dar lo mejor de sí mismos para descubrir toda la verdad.