Una investigación novelada sobre la Francia del siglo XIII. En El ídolo de piedra se narra con maestría, sin quebrantar el rigor histórico, el peregrinaje de un valdense ficticio, de nombre Pedro de Crespières, perseguido, encarcelado y torturado por orden de la Inquisición. Y después sentenciado a morir en la hoguera por un tribunal secular.
Pedro de Crespières encarna la búsqueda de la libertad del ser humano, de la valentía y del anhelo de saber por encima de las vanidades del mundo. Su deseo en la novela es leer un manuscrito de un judío, llamado Abraham ben Asher, quien le descubrirá las claves para comprender el significado de los símbolos ocultos de las catedrales.
En la vida del valdense Pedro de Crespières se entrecruzan las vidas de personajes reales de aquella época, perfilados con gran habilidad, como el emperador Federico II Hohenstaufen; Blanca de Castilla, madre del rey Luis IX de Francia; el filósofo Najmánides; Guillaume de Lorris, autor de la obra célebre El Libro de la Rosa; el poeta satírico Guiot de Provins; Guillermo de saint-Amour, maestro secular de la Universidad de París; el poeta hebreo Abraham ha-Bedershi; y Huon de Méry, autor de El torneo del Anticristo, entre algunos más; y de personajes imaginarios que representan arquetipos de aquella época como el sabio judío Melquisedec, el goliardo Lucas Hachepin, el ex cátaro Arnaud du Pian, Simón el Mago y el franciscano Gerardo de Blois, entre otros.
El ídolo de piedra es un análisis profundo del siglo XIII francés, no tratado con hondura por lo general en el ámbito académico, para entender el estado del pueblo judío en el reino de Francia de aquel tiempo, así como la situación, harto deplorable, de los denominados heréticos: cátaros y valdenses, de los que, desgraciadamente, la Historia se olvidó de ellos como seres individuales,
dotados de alma y de espíritu, y con vida propia.