El incendio y la Luna es la primera entrega de una trilogía que se completa con Voces de viento y piedra y Líneas de tinta y de mar. Aquí comienzan las aventuras y tribulaciones del protagonista y narrador, cuyo nombre omitiré adrede, siempre paseando por la confluencia indefinible entre la cordura y la demencia, siempre saltando entre la gran urbe y el mundo rural, habitante de la frontera que separa realidad y ficción, cronista de sentimientos e ilusiones, amigo íntimo de la soledad…
Una pequeña aldea llamada Alhumbre del Rayo, remota y olvidada por el progreso, tierra de río y bosque, es el centro de este universo de percepciones intensas, de frecuente contradicción, de reflexiones sobre lo incuestionable, de fracasos y éxitos…
No es una novela negra, pero contiene sangre y misterio; no es una novela de amor, pero alguien ama; no es una novela histórica, pero emergen historias que pertenecen a la Historia.
Adelante sin más.