Transcurren los denominados “años del hambre”. Los vencidos sufren el escarnio de los vencedores. La dictadura de Franco impone a sangre y fuego sus criterios, aunque para ello tenga que usar de las acciones más ruines, con el apoyo de la Iglesia Católica. La miseria y el miedo campean a sus anchas por la nueva España. El 30 de Julio de 1.947, un destacamento de la Guardia Civil con sede en el Varadero de Motril, ataca un cortijo cerca de Los Tablones, donde, según los informes que poseen, se esconden algunos miembros de los maquis. En el enfrentamiento, tres de los ocupantes de la casa mueren, y resulta herido de gravedad el Teniente al mando de la tropa, que fallece al día siguiente como consecuencia de las heridas sufridas. Como represalia por la muerte del oficial, en la madrugada del 31 de julio al 1 de Agosto, once civiles, entre ellos mujeres y adolescentes, son asesinados a sangre fría en un cruce de carreteras, y sus cuerpos enterrados en una fosa común del cementerio de Gualchos, sin nombres ni identificación de ningún tipo. Una lucha, desigual, se desarrolla en España. El estraperlo de los productos más necesarios condena a la población a la ferocidad de una hambruna inmisericorde. Manolete muere en Linares, y en las carteleras de Madrid triunfan Celia Gámez, Antonio Machín y Concha Piquer. Han pasado ocho años desde que terminara la Guerra Civil….. Mientras tanto, la “Organización”, desde la clandestinidad, trata de poner en marcha las “Guerrillas del Llano”, para liberar del fascismo a nuestro país..