Gruesa lectura, repleta de interesantes observaciones que el autor expone sin ninguna cautela, y que no se sabe con certeza si pertenecen a disciplinas como la psicologíaficción, la política-ficción, o la teologíaficción, pero cuyo resultado global no tiene, precisamente, nada de ficticio. El Síndrome de Isaac propone la posibilidad de encontrar el motor interno de lo que pasa, escudriñando el género de una fuerza concreta, que arranca desde los orígenes humanos, y que permanecerá en funcionamiento hasta su conclusión al alcanzarse la unidad planetaria, hecho que se atisba en futuro próximo. El dominio de un solo individuo sobre la totalidad del orbe, nace de un saber impreso en la psique del mundo que le lleva a actuar bajo estado casi de sonambulismo, para la realización de una pangea política. Para establecer la naturaleza de esas citadas fuerzas, esta obra ofrece una panorámica del «mecanismo» del proceso histórico, presentado bajo una visión de muy peculiar originalidad, cuyo significado se encuentra en el sacrificio no consumado de Isaac, pendiente por realizarse.