Añoro todo lo que tuve y lo que perdí. No fuimos capaces de verlo, estábamos tan unidos, compenetrados y el sentimiento era tan intenso, fuerte y la conexión como nunca habíamos tenido en nuestras vidas… Empezó cuatro años antes… Nos veíamos cada día en el trabajo, compartíamos cantidad de horas juntos, el sentimiento mutuo, la necesidad del uno por el otro hicieron posible esta historia… Veníamos de dos mundos diferentes… Él había sido deportista profesional de balonmano, se había retirado y cuando me conoció, yo ya trabaja en la oficina hacía bastante tiempo. Al cabo de unos años, él volvería a jugar para el mismo club. Durante un tiempo, se marchó del trabajo; en ese momento, no significó nada para mí. En unos meses, volvió y ahí empezaría esta historia de amor que marcaría nuestro destino. Dos años y medio de relación de pareja con una doble vida… Descubrí que sí se podía querer a dos personas al mismo tiempo, lo
comprobé y lo sufrí posteriormente. Aprendía con lo que me daba, con lo que compartíamos y sabía que no me mentía. Me lo anticipó… Que nadie me querría como él en toda mi vida y no se equivocó; a él le sucedería lo mismo con mis sentimientos, la complicidad y la atracción harían de esta… una relación duradera, única, apasionada e inolvidable en nuestras vidas.