Corre el siglo XVII. En una convulsa Mallorca feudal, el Conde de Formiguera, caballero de la Orden de Calatrava, se va convirtiendo poco a poco en el siniestro personaje que dio origen a la leyenda del Conde Mal, cuya alma vaga aún por sus dominios en el monte Galatzó. Esta novela, con todos los ingredientes del gótico puro, cuenta una historia de amor, venganza y brujería, a la vez que describe la evolución de un psicópata, y la sociedad isleña de la época. En la novela se mezclan datos y personajes verídicos, con el terrorífico relato de los crímenes que supuestamente cometió, y que, tras muchas indagaciones, una anónima narradora consigue desentrañar sin que se sepa hasta el final cual es su motivación. Tras un prólogo que anticipa al lector mediante el inquietante “Romance del Conde Mal”, la novela cabalga con un ritmo rápido y lleno de violencia, pesadillas y magia negra, siempre a la sombra del Galatzó, la montaña embrujada que actúa como telón de fondo, hacia un final incierto, mientras el cántico flota en el aire como una interrogación.