Basándose en las tradiciones de sus Islas Canarias, el autor se adentra por primera vez, en la escritura de un libro. Su primer libro. “Géiser” Raíces de ardiente lava. Amores, desamores y pretensiones, impregnan cada verso y cada relato que aquí se expone. Muy respetuoso con la
poesía clásica, se atreve con décimas, coplas de pie quebrado, pavanas, sonetos…etc, e incluso desafía hasta la misma sextina provenzal para expresar sus sentimientos, tanto a la tierra que le vio nacer, como a su forma de ver la vida. Tales sentires lo transportan hasta las cartas de amor que expone, al igual que a los romances o cantares, los cuales van untados de cierto sabor añejo de lo tradicional. Finalmente, expone su pequeña obra “Nubes negras”, envuelta en el mismo sabor que el resto. Se entremezclan sensaciones diversas al ir pasando cada página, llegándose hasta percibir el aroma a fuego y a sal, de su isla. Después de que el lector lea las coplas de las folías, podría encontrarse con la prosa poética de una carta para su madre. O, leyendo la conversación con Petra, conocer los rincones de su atlántica tierra, al igual que con las décimas a la Isa del uno, adentrarse en el corto relato, donde la familia Quintana sufre en sus carnes el grave error que comete su padre, Don Pedro. Es muy difícil caer en la rutina mientras se lee este libro, porque a la vuelta de cada hoja, surgen distintos sentimientos que llevarán al lector a sumergirse, de manera imaginaria, en estas soleadas latitudes.