En vísperas de la Semana Santa de 1953 se produce el asesinato de Delfina Castán, perteneciente a una de las principales familias de Ayerbe, importante localidad del somontano oscense. Las dramáticas circunstancias en que aparece el cadáver y la heterodoxa personalidad de la difunta, provocarán que durante la investigación se pongan de manifiesto acontecimientos ocultos durante muchos años que afectan al hombre más poderoso de la comarca, desvelando turbios secretos de Estado. A través de sus numerosos y vívidos personajes, pertenecientes a un mundo rural ya inexistente, se muestra el lado oscuro de una apacible comunidad desgarrada por el crimen a la que sus responsables deben recomponer en el vehemente marco de un ciclo ritual de pasión, muerte y resurrección.