Lawrence conoce a Dorina por azar, experimenta un amor profundo y no reconoce si es correspondido, a pesar de vivir intermitentemente con ella alternando con sus abandonos temporales.
En medio de esta historia de amor que no tiene nada que envidiar en intensidad de amor al que sintió Julieta hacia Romeo o al de Florentino Ariza hacia Fermina Daza en las novelas: Romeo y Julieta y El amor en los tiempos del Cólera, respectivamente; suceden acontecimientos simples pero tormentosos, difíciles de asimilar por él, tatuándose este sufrimiento de su peculiar tragedia amorosa en el alma de este personaje, para luego ser vista por él mismo como una caricatura grotesca y deformada, pero partiendo de su realidad vivida.
Los sucesos, aparte de exhibir lo penoso de la relación, nos muestra también un paisaje tupido de bagajes personales, costumbres y comportamientos bellos y divertidos en el caminar de dos personas procedentes de países hispanos distintos por Madrid, bajo una misma estrella, aunque les esperen diferentes rumbos. Toda una historia de amor.