En un juego entre memoria e imaginación, el autor describe la estancia de un niño de once años en el interior de un seminario en la pobre y triste España de los años cincuenta del pasado siglo. Desde el primer momento, la compenetración del lector con el protagonista es inevitable y en el transcurrir de la narración va asumiendo como propios la soledad, los miedos y las nostalgias del niño. El contraste —más ecuánime— se manifiesta en la inmensa mayoría de sus compañeros para los que esa oportunidad, en general más académica que vocacional, fría y dura pero liberadora, era el único camino por el que se podía huir de una vida aun más severa y estéril. Una novela enternecedora en la que, de la mano del protagonista, viviremos una experiencia en donde la ilusión y la desilusión, la imaginación y la realidad, el milagro y el misterio emergen a lo largo de una narración fluida y atractiva.