César Frías, un alto funcionario ministerial, ha llegado a las cotas más elevadas en su campo profesional a pesar de sus orígenes humildes. Pero tras asistir al sepelio de su madre en el pueblo natal, le sobrevienen las dudas que le hacen replantearse su exitosa vida tejida a base de esfuerzo y pundonor, aunque en la soledad y el desarraigo más absolutos.
La repentina muerte de la madre, la inmensa ternura que le provoca la figura del padre, viudo y gravemente enfermo, producen en el alto ejecutivo ministerial, un acto de encomiable dignidad humana, una milagrosa catarsis, que lo llevarán a dar un giro copernicano a su existencia. De manera que esta recién estrenada vida lo conducirá a un reencuentro consigo mismo, y a su vez, a descubrir un oculto pasado del padre como emigrante en Francia en la década de los sesenta: su activismo en el proceso de liberación argelina, sus ocultas relaciones con la hija del cónsul español en Niza… Y todo ello a través de las revelaciones en unas olvidadas cartas donde las voces aglutinadas en torno al mítico hotel Negresco verbalizan la existencia del padre-héroe.
Sin embargo, el trágico final, dejará en el lector un regusto amargo, un mazazo de desaliento y pesimismo solo mitigado por la sorprendente aparición en escena de un personaje nuevo e inesperado.