El management aplicado a las empresas se compone de 4 pilares: La estrategia, las personas, el cliente y los procesos. Del correcto engranaje de cada una de las partes y de su integración en el todo depende el buen funcionamiento de la performance de cualquier negocio.
Las empresas han evolucionado cambiando las prioridades y enfoques comerciales. Hemos pasado del enfoque producto al del cliente y ahora vivimos la era del Customer Experience, el empowerment y el engagement.
Esto ya no es suficiente, debemos ascender al siguiente nivel. Debemos otorgar el poder a las personas; aquellas que formulan estrategias, fabrican productos, se encargan de generar innovación, aquellas que son el elemento generador de resultados, es decir, el empleado.
Debemos dar el salto del Customer Centricity al HUSTA o Human Stage. Las personas son la gasolina que mueve el motor productivo y comercial de las empresas. Saber gestionar sus motivaciones, sus inquietudes, sus expectativas y propiciar una actitud correcta son los nuevos resortes en los que las empresas se deben respaldar.
Un management de altura debe trabajarse en el ANTES, DURANTE y DESPUES y no solo en los momentos críticos o momentos de la verdad. Debemos ser facilitadores de soluciones y no meros despachadores de productos y servicios. Debemos provocar interacciones emocionales-comerciales duraderas empezando por la gente que colabora con nosotros, porque serán ellos los hacedores de todo lo bueno que seamos capaces de generar. Para ir más allá, debemos tratar a las personas como personas.