“Las metáforas te acercan de forma práctica al entendimiento de la experiencia dando una respuesta natural a cualquier circunstancia. La vida es vida en todos sus rincones, todo habla y te muestra un proceso natural lejos de la programación de nuestros hábitos emocionales y mentales.
El caso es que nadie se da la vida ni la identidad a sí mismo, aunque con el tiempo nos reconocemos desde una identidad impuesta. Naces y te eligen un nombre de pila en el que no participas, prácticamente te introducen en un mundo que ya existe antes que tú, con sus valores, lenguaje y costumbres.
Eres sutilmente programado para formar parte de ese sistema, no todos sus aspectos te parecen bien, pero más que dejarte crecer y respetar tus ritmos, eres introducido y obligado a vivir un proceso de domesticación.
Se puede apreciar cómo lamentablemente, las personas están siendo modificadas, es como un cuento de ciencia ficción. Ése es el precio que pagamos para formar parte de esta comunidad a la que llamamos “nuestro mundo”. Llegamos aquí provistos de potencialidades ilimitadas y nos caracterizamos por nuestra capacidad de aprendizaje, aprendiendo a vivir como la comunidad exige y familiarizándonos con una sociedad disfuncional reducida a una simple oleada de imágenes comerciales como única cultura común.
Tristemente, a falta de experiencias de vida, de compartir, de intereses, de amor, de desarrollo de la creatividad, del a piel, del tú a tú, las personas se instrumentalizan haciendo que todo sea un intercambio de servicios y las relaciones se convierten en contratos comerciales. Facebook, Youtube, Instagram…. bancos de tiempos, empresas, capitalismo, incluso la educación, donde el patrocinio y la aplicación de las marcas a los estilos de vida, han pisoteado los principios de la libertad de investigación y de palabra de la vida académica. Una proyección del presente en la obsesiva pantalla del futuro. Eso no es vida porque la vida se palpa. Y aún sabiéndolo, la mayoría de personas sobreviven,
simplemente tratando de sacar partido a un mundo fabricado que ya existía y que quiere permanecer después de irnos. Es intolerable que la pobreza de muchos conviva con la abundancia de unos pocos y que nuestra historia se haya convertido en una promesa incumplida de alternativas culturales traicionadas”.
Este libro habla de eso y de mucho más, de la necesidad de aprender a Vivir y dejar de Sobrevivir, de la educación experimental por encima de la establecida, del cambio que empieza en uno mismo y sobre todo del entendimiento de la Vida como lo que es, un aula con asignaturas obligatorias que practicas desde que te levantas hasta que te acuestas, esas en las que, como cualquier buen alumno, intentas graduarte.
Espero que lo disfrutes como lo he hecho yo
© Silvia Gala