Todo se fusiona. Lo caótico se funde con la tranquilidad, la vida se anexiona a la muerte.
Luces y sombras se ciernen conviviendo en un mismo abismo.
Seres que desean fervientemente cruzar la barrera que distingue ambos mundos.
El dolor que causa una palabra, el murmullo de una lágrima al caer, vivir en una opaca oscuridad, el sonido del silencio cobrando forma, lo imposible de plasmar el viento en un lienzo, la vida en un infierno sin salida. Un laberinto sin ningún camino, el vértigo de la muerte, el desplante del tiempo, el reflejo de lo invisible, de lo incierto y de lo eterno.
Preguntas sin respuesta revolotean en cada mentalidad: si existe el billete de ida hacia el más allá, ¿existe uno de vuelta? ¿Qué precio estarías dispuesto a pagar por tan valiosa reliquia?
El billete existe, pero tienes que encontrar la puerta…