Carlos, protagonista de esta obra, siempre se ha sentido un hombre soñador, tanto que ya desde joven archivaba sus vivencias románticas y eróticas en un rincón de su conciencia donde el anonimato tenía como testigo. No obstante, a través de este libro, intenta desmenuzar en diferentes capítulos recuerdos de su vida comenzando por una pubertad, donde las prohibiciones y censuras, bien por las familias o bien por el régimen político de aquella época, darían lugar a un sin fin de anécdotas inéditas. No menos una juventud, donde el ingenio y la picaresca serían la clave para obtener favores de las mujeres marcadas por los prejuicios de aquella época. Pero donde radica la parte esencial de la obra y que de ahí emana su título; es a partir del día que conoció fortuitamente a Elena en un restaurante, mujer aparentemente feliz en su matrimonio y que más tarde se convertiría en el centro de su vida hasta el extremo, que este encuentro protagonizaría un amor enfermizo mezcla de romanticismo, celos y erotismo.