“( … ) desperté con los músculos entumecidos, el sabor del veneno en la boca, el grito incontenido, el dolor en la frontera del más de sufrir: el terror de la existencia de una frontera, de atravesarla, de llegar a otro país donde el dolor sube una nota en el pentagrama; el pentagrama infinito del dolor”.
“( … ) Todas esas urbanizaciones idílicas con anchas avenidas flanqueadas por árboles de mango, de aguacate, limoneros, palmeras; araguaneyes, apamates; los grandes samanes; cedros. Todas aquellas mansiones rodeando, circunvalando el mítico Caracas Country Club. ( … ) Era hermoso, sus casas blancas, sus muros de piedra importada de Europa, sus columnas, sus avenidas impecables, su clima perfecto, su hermosa vegetación”. Este libro se compone, a su vez, de 3 libros independientes que sumados bosquejan el retrato de una autora -bizarra, Concha Seijas. Géneros, ciudades y edades distintas; lo cual hace muy difícil construir un rostro literario, por lo cual luce difuso y fragmentado. Su prosa delata la búsqueda incesante del amor, su permanente idilio con la muerte y la preocupación insistente por el país. La poeta confiesa que hace mucho que eso ya no es así. Aunque la referencia al amor sea abundante en este libro y Caracas la ciudad omnipresente. El lector tendrá la última palabra.
María Andamollo
Madrid, agosto 2015