Me ha impresionado por su tremenda fuerza y profesión de fe. Muestra un profundo conocimiento del “camino vital” que implica el transcurso de una enfermedad grave, y cómo la ha de vivir un cristiano que, conscientemente, desea estar a la altura de dicha circunstancia. Creo que nos puede ayudar a muchos “indocumentados” que, como yo, vivimos sin darnos cuenta de la responsabilidad que implica ser hijos de Dios y estar a esa altura. Dr. Sierrasesumaga (Oncólogo de Álvaro desde 1987 a 2012) Álvaro lograba que, en cada uno de mis encuentros con él, saliera con los ánimos por las nubes. Me hacía reflexionar que muchas veces somos nosotros los que nos ponemos los límites. Muchas veces, somos más inválidos y nos sentimos más incapacitados los sanos que los enfermos. Ese hombre tenía más agallas, hombría, valentía, osadía, y confianza que la mayoría de los sanos. Era simplemente admirable su actitud ante la vida y ante la enfermedad. Era un valiente. Era ejemplar.