¿Por qué se produce el olvido? En ocasiones es sólo un efecto del paso del tiempo o del cambio de lugar, otras veces se debe a un mecanismo de “represión” que produce la extinción de lo desagradable. Existe una tercera forma de olvido que se puede provocar fácilmente. Consiste en mezclar el material nuevo con el viejo, se trata de un acto de interferencia retroactiva. La información post-suceso que, de forma deliberada o involuntaria, aportan frecuentemente los historiadores y en mayor medida los medios de comunicación masivos, puede transformar nuestra memoria hasta el punto de crear situaciones irreales a partir de sucesos reales. Los atentados del 11S en Nueva York y el 11M en Madrid, por ejemplo, constituyen recuerdos biográficos para las víctimas. Sus recuerdos se almacenan en la memoria episódica, se tata de un material mnésico muy ligado a los sentidos. Para ellos, volver a la normalidad no significa olvidar, sino construir una memoria productiva de los hechos. El resto de la población mundial almacenará esos mismos sucesos en una memoria más semántica, menos ligada al cuerpo, y por lo tanto más susceptible de incorporar información sesgada. El texto que presentamos es un ensayo sobre la memoria real, esa que va tomando forma a partir de su contenido y que sólo puede estudiarse analizando sucesos concretos. Desde esta perspectiva ecológico-funcionalista nos acercamos a algunos sucesos de nuestra historia moderna; la caída del muro de Berlín, los atentados terroristas y las crisis económicas. Este libro esta dirigido a todos aquellos que no pueden elaborar el trauma social a partir del olvido, para quienes necesitan conocer los hechos y hacer la historia, con mayúscula, una memoria de sucesos, esa que Walter Benjamín identificó con la “verdadera imagen del pasado”, o simplemente otra memoria, esa que Reyes Mate llamó “memoria de los vencidos”.