Sonatina es una obra íntima, una introspección construida sobre lecturas de literatura clásica y expresada con un lenguaje moderno. Primero surge la estrofa irregular, como una canción, en “Pirata sin mar” o “Brisas de agosto” y más tarde la elaboración de los sonetos en forma de sentencias. La intuición y la pulsión de una primera etapa dan paso a la reflexión en el tercer capítulo de “Tierra en la mirada”, una alegoría sobre las sencillas criaturas térreas. Después, el ciclo de la vida con sus cinco “Cielos” y al final, como siempre, el “Pie quebrado” de la muerte. Todo ello no deja de ser un ensayo de medidas y ritmos, como una composición corta y melódica de las propias emociones. Los deseos, los sueños y el ensueño son las excusas para proyectar los sentimientos y dejarlos desnudos en el aire.